Caracas, Venezuela
April 26, 2006
La fermentación de las
leguminosas con las bacterias Lactobacillus caseiy el
Lactobacillus plantarumevita que la flatulencia sea un
problema después de ingerir los granos. Dos investigadoras
del Departamento de Tecnología de Procesos Biológicos y
Bioquímicos de la Universidad
Simón Bolívar participaron en el proyecto
Una sopa de granos es un gusto
al que algunas personas renuncian ante la posibilidad de ser
afectados por gases y tener una incómoda sobremesa. Pero la
fermentación de leguminosas con un par de bacterias permitirá
que los comensales no tengan que preocuparse por esos males
posteriores.
El hallazgo del Lactobacillus casei y el Lactobacillus plantarum
fue el éxito de una investigación del Departamento de Tecnología
de Procesos Biológicos y Bioquímicos de la Universidad Simón
Bolívar , dirigida por Marisela Granito.
El trabajo titulado “Efectos de la fermentación natural y
controlada en la flatulencia provocada por el consumo de granos”
fue publicado por la revista Journal of the Science of Food and
Agriculture.
Marisa Guerra, docente de la USB y una de cuatro participantes
del proyecto, explicó que la fermentación de las leguminosas
reduce la posibilidad de que el consumo de éstas provoque
flatulencia, e indicó que el grupo de trabajo hizo pruebas tanto
en ratas como en humanos con
caraotas negras (Phaseolus vulgaris).
El grupo analizó las excreciones de los roedores para asegurarse
de que los granos negros habían sido digeridos y mantenido su
valor nutricional.
Luego, experimentó con humanos: durante una semana, los sujetos
de estudio consumieron caraotas sometidas a la fermentación con
bacterias, y no experimentaron las incomodidades digestivas
asociadas a la ingesta de leguminosas.
De acuerdo con las especialistas, después de la fermentación de
los granos negros con las dos bacterias se registró una
disminución del contenido de fibra soluble de más de 60% y una
baja de 88% en los niveles de rafinosa, un compuesto conocido
por la generación de gases.
Cuando fueron remojados previamente en Lactobacillus casei, los
granos retuvieron su nivel nutricional y produjeron menos
compuestos de los que provocan gases.
Caraota en barras Una serie de productos han sido desarrollados
en los laboratorios de Sartenejas a partir del descubrimiento
bacterial: salsas de caraotas, galletas, pastas con caraotas y
barras energéticas, por fermentación y deshidratación de
leguminosas.
Comentó Guerra que la intención es diversificar el consumo de
las legumbres, aunque la reducción del consumo de digestivos y
antiflatulentos también pudiera ser una consecuencia.
“La bacteria láctica ácida involucrada en la fermentación del
poroto, que incluye Lactobacillus casei como un probiótico,
podría ser utilizada como cultivo funcional en la industria
alimenticia”, señala el estudio.
“La cocción realizada después de la fermentación inducida
produjo una disminución adicional de los componentes
relacionados con la flatulencia”.
Las bacterias que viven en el intestino grueso cuando trituran
el alimento son las responsables de que se produzca flatulencia;
la fermentación hace que la comida sea más digerible en menor
tiempo.
En el trabajo con las leguminosas también participaron la
española Juana Frías, del Instituto de Fermentaciones
Industriales de Madrid, y la francesa Martine Champ, del
Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas de Nantes,
Francia.
Una pasantía de Marisela Granito en los laboratorios de Nantes,
al lado de Champ, le permitió adquirir las destrezas
metodológicas que después le servirían para liderar el proyecto,
que es parte de su línea de trabajo y de un trabajo de grado que
le llevó cuatro años.
Ernesto Campo |