Washington, DC
February 22, 2007
ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Jan Suszkiw, (301) 504-1630,
jan.suszkiw@ars.usda.gov
Furnishing corn plants with
genes for producing the enzyme ß-N-acetyl hexosaminidase (NAHA)
may offer a way to fend off mold-spreading caterpillars and
beetles, Agricultural Research Service (ARS)
studies suggest.
After hatching from eggs, fall
armyworm caterpillars feed on corn plant leaves before advancing
on the ears, where succulent kernels await. Other caterpillars
and beetle pests feed there, too. When husks are chewed open,
kernels can become exposed to mycotoxin-producing fungi.
Insecticide spraying within label recommendations helps prevent
such feeding and contamination. But the practice can be costly
to use and harmful to beneficial insects.
As a possible alternative, ARS
scientists
Pat Dowd,
Eric Johnson and
Scott Pinkerton are testing modified strains of corn that
produce NAHA throughout the crop plant's tissues. In laboratory
trials at the ARS National Center for Agricultural Utilization
Research in Peoria, Ill., 100 percent of newly hatched fall
armyworms that ingested NAHA-containing leaf tissue from some of
the modified corn plants being studied died within three days.
The degree to which the
caterpillars stopped feeding on all of the modified corn plants
depended on how much NAHA the plants actually produced, the
scientists observed. Corn earworm caterpillars, another pest
they tested, were also adversely affected by NAHA-containing
plants.
The team's examination of NAHA
and other enzymes like it is part of a broader effort at the ARS
center to develop novel ways of shielding corn from mycotoxin
contamination, which costs farmers and processors millions of
dollars annually in losses. Of particular interest is
determining effective combinations of corn-derived genes that
confer insect-resistance levels equal to those in corn
containing the biopesticide Bacillus thuringiensis (Bt),
but that act against a wider range of pests.
Before studying NAHA-modified
corn plants, the scientists used a purified form of the enzyme
derived from jack beans, Canavalia ensiformis. They
consider NAHA a promising defense for corn because it occurs in
foods eaten by humans, such as cabbage and apple, and it targets
chitin, a key component of insects but not of humans or other
animals.
ARS is the
U.S. Department of Agriculture's
chief scientific research agency.
Servicio Noticiero del Servicio de
Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Jan Suszkiw, (301) 504-1630,
jan.suszkiw@ars.usda.gov
El proveer genes para la
producción de la enzima ß-N-acetyl hexosaminidase (NAHA por sus
siglas en inglés) a las plantas de maíz podría ofrecer una
manera para combatir las orugas y los escarabajos que transmiten
mohos, según los resultados de estudios por científicos del
Servicio de Investigación Agrícola (ARS).
Después de empollarse de los
huevos, las orugas del gusano cogollero se alimentan en las
hojas de las plantas de maíz antes de avanzarse a las mazorcas,
donde encuentran semillas suculentas. Otras plagas de orugas y
escarabajos también se alimentan allí. Cuando las plagas abren
las chalas del maíz , las semillas pueden estar expuestas a los
hongos que producen micotoxina. El rociar insecticidas según las
recomendaciones de etiqueta ayuda a prevenir tal alimentación y
contaminación. Pero la práctica puede ser costosa para usar y
puede dañar los insectos beneficiosos.
Como una alternativa posible,
los científicos del ARS
Pat Dowd,
Eric Johnson y
Scott Pinkerton están probando cepas modificadas de maíz que
producen NAHA por todos tejidos de la planta. En pruebas de
laboratorio en el Centro Nacional para Utilización Agrícola (NCAUR
por sus siglas en inglés), mantenido por ARS en Peoria,
Illinois, 100 por ciento de los gusanos cogolleros nuevamente
empollados que consumieron tejido de hojas conteniendo NAHA de
algunas plantas modificadas de maíz murieron dentro de tres
días.
El punto en que las orugas
dejaron de alimentarse en todas las plantas modificadas de maíz
dependió de la cantidad de NAHA que las plantas en realidad
produjeron, observaron los científicos. Las orugas de los
gusanos eloteros de maíz, otra plaga ensayada, también fueron
afectadas negativamente por las plantas que contuvieron NAHA.
El estudio de NAHA y otras
enzimas similares por el grupo es parte de un intento más amplio
en NCAUR para desarrollar maneras novedosas para proteger el
maíz contra contaminación por micotoxina, la cual les cuesta a
los granjeros y a los procesadores millones de dólares
anualmente en pérdidas. De interés particular es el determinar
las combinaciones eficaces de los genes derivados de maíz que
ofrecen niveles de resistencia al insecto iguales a aquellos en
el maíz que contiene el biopesticida Bacillus thuringiensis,
pero que son eficaces contra una gama más amplia de plagas.
Antes de estudiar las plantas
de maíz modificadas con NAHA, los científicos usaron una forma
purificada de la enzima derivada del frijol Canavalia
ensiformis. Ellos consideran NAHA como una defensa prometedora
para maíz porque ocurre en las comidas consumidas por humanos,
tales como col y manzana, y ataca la quitina, un componente
clave de insectos, pero no de humanos u otros animales.
ARS es la agencia principal
de investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de
EE.UU. |