Washington, DC
June 5, 2009
Agricultural Research Service, USDA
By
Dennis O'Brien
Agricultural Research Service
(ARS) scientists have sequenced the genome of an invasive
parasite called Nosema ceranae that can kill honey bees
and is one of the many suspects in the mysterious ailment known
as colony collapse disorder (CCD).
ARS researchers
Jay Evans,
Yanping (Judy) Chen and R. Scott Cornman also have nearly
completed sequencing the genome of Nosema apis, a native
"cousin" of the parasite.
The scientists are using
genetic tools and microscopic analysis at the
ARS Bee Research Laboratory (BRL) in Beltsville, Md., to
examine the two parasites suspected as a partial cause of CCD.
They are working with BRL research leader
Jeff Pettis,
Yan Zhao of the
ARS Molecular Plant Pathology Laboratory in Beltsville, and
researchers from the University of
Maryland, Columbia
University, and 454 Life
Sciences of Branford, Conn.
In 2006, CCD began devastating
commercial beekeeping operations, with some beekeepers reporting
losses of up to 90 percent. Researchers believe CCD may be the
result of a combination of pathogens, parasites and stress
factors, but the cause remains elusive. At stake are honey bees
that add up to $15 billion in value to crops in the United
States.
Nosema is a
fungus-related microbe that produces spores that bees consume
when they forage. Infection spreads from the bees' digestive
tract to other tissues. Within weeks, colonies are either wiped
out or lose much of their strength. N. apis was the
leading cause of microsporidia infections among domestic bee
colonies until recently, when N. ceranae jumped from
Asian honey bees to the European honey bees used commercially in
the United States.
Sequencing the genomes should
help scientists figure out how N. ceranae became
dominant, trace its migration patterns, help resolve how the
microbes spread infection, and develop diagnostic tests and
treatments.
A report on the work was recently published in the journal
PLOS
Pathogens.
ARS is the principal
intramural scientific research agency in the
U.S. Department of Agriculture.
Científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han
secuenciado el genoma del parásito invasor Nosema ceranae
que puede matar las abejas de miel y es uno de los varios
sospechosos en la dolencia misteriosa conocida como el desorden
del colapso de colonias (CCD por sus siglas en inglés).
Investigadores
Jay Evans,
Yanping (Judy) Chen y R. Scott Cornman con el ARS también
casi han completado la secuencia del genoma de Nosema apis,
el cual es un "primo" nativo del parásito.
Los científicos están usando
herramientas genéticas y análisis microscópico en el
Laboratorio de Investigación de Abejas (BRL por sus siglas
en inglés) mantenido por el ARS en Beltsville, Maryland, para
estudiar los dos parásitos sospechados como una causa parcial de
CCD. Ellos están colaborando con
Jeff Pettis, quien es líder de investigación del BRL;
Yan Zhao, con el
Laboratorio de Patología Molecular de Plantas mantenido por
el ARS en Beltsville; e investigadores con la
Universidad de Maryland, la
Universidad Columbia en
la ciudad de Nueva York; y la empresa
454 Life Sciences de Branford,
Connecticut.
En el año 2006, CCD comenzó a
devastar las operaciones comerciales de apicultura, con algunos
apicultores reportando pérdidas de hasta el 90 por ciento.
Investigadores creen que CCD podría ser el resultado de una
combinación de patógenos, parásitos y factores de estrés, pero
la causa todavía es difícil de entender. Las abejas de miel que
están en peligro contribuyen hasta el 15 mil millones de dólares
de valor a los cultivos estadounidenses.
Nosema es un
microorganismo fúngico que produce esporas que las abejas
consumen cuando buscan alimento. La infección se extiende del
tracto digestivo de la abeja a otros tejidos. Dentro de pocas
semanas, las colonias son aniquiladas o significativamente
debilitadas. N. apis fue la causa principal de
infecciones por microsporidios en las colonias domésticas de
abejas hasta recientemente, cuando N. ceranae se extendió
de las abejas de miel asiáticas a las abejas de miel europeas,
las cuales se usan comercialmente en EE.UU.
Secuenciar estos genomas
debería ayudar a los científicos a comprender cómo los microbios
transmiten infección, y a desarrollar pruebas diagnósticas y
tratamientos.
Un artículo sobre este trabajo fue publicado recientemente
en la revista 'PLoS
Pathogens' (PLoS Patógenos).
ARS es la agencia principal
de investigaciones científicas del
Departamento de
Agricultura de EE.UU. |